viernes, 12 de diciembre de 2014

Trabajo voluntario 2ª evaluación. 1º Bchto.

- Se tratará de hacer individualmente y escrito a mano un comentario de texto, siguiendo el modelo de los que se hacen en clase o figuran en el libro de texto (págs. 142 o 200 por ejemplo), y que, por tanto, constará de las siguientes fases:

1- Localización.
2- Tema.
3- Estructura interna.
4- Comentario de la forma en relación con el contenido.
5- Conclusión.

- Se podrán elegir los textos publicados en el blog como ampliación de la materia de clase que correspondan al período de literatura estudiado: de la Edad Media al Barroco. A saber:

- Romance del infante Arnaldos,
- Romance de Álora, la bien cercada,
- fragmento de García Lorca en relación con Manrique,
- fragmento de La Celestina (“la música de las palabras”),
-  soneto de Garcilaso sobre Dafne y Apolo,
- Oda a Salinas, de Fray Luis de León
- fragmento de Santa Teresa (episodio de la transverberación),
- poema de San Juan de la Cruz: “En una noche oscura”,
- el soneto con estrambote de Cervantes,
- descripción de Dulcinea de Cervantes
- soneto de Lope de Vega: “¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?”
- la prosa conceptista de Gracián: “Aplicación y Minerva”
- un soneto de Sor Juana Inés de la Cruz


Se los puede localizar en el blog por fechas: entre diciembre de 2008 y marzo de 2009.

- Habrá que avisar al profesor del texto que se va a trabajar antes del 2 de febrero. Y el trabajo se entregará con fecha límite del 16 de febrero.

- El trabajo voluntario puede subir hasta 1 punto la nota de la evaluación.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Un poema de Luis López Navarro

Me resulta muy grato descubrir que Luis, 
legendario compañero de farras de mi hermano, 
llevaba dentro de sí un poeta, y ello es más que 
manifiesto en su poemario recientemente 
publicado: Equinoccios. Entresaco un poema 
que describe con mucho tino sintético esta 
profesión  nuestra de enseñantes -él es profesor 
de Física en un instituto de Valencia- 
desde el punto de vista más próximo a la pizarra 
(y en el que no deja de colarse 
una evocación de otro viejo profesor: 
el "Recuerdo infantil" de Antonio Machado):


Tres latinajos,
muchas órdenes,
dos discursos inspirados,
algunas pruebas,
cuarenta textos,
gritos, desórdenes,
momentos dulces,
imprecación.
Entre bastante sol
y poca monotonía
de cristales
instruir deleitando, se pretende
y un cielo azul muy suave
en dulcísimos
finales de trimestre.


martes, 25 de noviembre de 2014

Pasatiempo sobre Hamlet

Intenta traducir las siguientes frases, situarlas en Hamlet y explicar su significado contextual. (Están colocadas por orden de aparición en la obra.)


1- Hamlet - But break, my heart, for I must hold my tongue.

2-- Hamlet - There are more things in heaven and earth, Horatio, than are dreamt of in your philosophy.

3-  Polonius - What do you read, my lord?
Hamlet- Words, words, words.

4- Polonius – Though this be madness, yet there is method in´t.

5- Hamlet - The play is the thing wherein I´ll catch the conscience of the King.

6- Hamlet - Thus conscience does make coward of us all.

7- Hamlet - Give me that man That is not passion's slave, and I will wear him
In my heart's core, ay, in my heart of heart, As I do thee.

8- Queen Gertrude - Hamlet, thou hast cleft my heart in twain.
Hamlet - O, throw away the worser part of it, And live the purer with the other half.

9- Hamlet - Alas, poor Yorick, I knew him, Horatio. A fellow of infinite jest, of most excellent fancy.

10- Hamlet - The rest is silence.


martes, 18 de noviembre de 2014

Homenaje a Galdós, de Rafael Chirbes

El premio nacional de Narrativa del año pasado, Rafael Chirbes, escribe su particular elogio a Pérez Galdós:

Llevo más de medio siglo leyendo a Galdós y cada día aumenta mi admiración por su maestría a la hora de construir un universo narrativo desde esa aparente falta de estilo que es dominio de todos los estilos. Admiración también por su modestia. Porque su despliegue de recursos literarios lo lleva a cabo con un pudor exquisito, sin que el lector se dé apenas cuenta; sin que note la tramoya, ni advierta sus deslizamientos, sus travestismos, su trabajo en filigrana, siempre atrapado en la invisible telaraña novelesca.  Galdós no es un narrador tradicional, sino un narrador total, un maestro que —eso sí— se sitúa en el polo opuesto de los escritores que convierten su trabajo en espectáculo. En las novelas de Galdós las cosas fluyen sin dar nunca la impresión de que son fruto de un gran esfuerzo. Se diría que el escritor no existe, que todo nace inocentemente, con extrema facilidad. Hasta ahí llegan su respeto por el lector y su elegancia.

(El País, 28-12-2013)

jueves, 13 de noviembre de 2014

Coplas de Jorge Manrique: "esta otra vida tercera": ¿vida eterna o vida de la fama?


No se os haga tan amarga
la batalla temerosa
que esperáis,
pues otra vida más larga
de fama tan gloriosa
acá dejáis.
Aunque esta vida de honor
tampoco no es eternal,
ni verdadera,
mas, con todo, es muy mejor
que la vida terrenal,
perecedera. (35)

El vivir que es perdurable,
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable,
en que moran los pecados
infernales,
mas los buenos religiosos,
ganánlo con oraciones
y con lloros,
los caballeros famosos
con trabajos y aflicciones
contra moros.

Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramasteis
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganasteis
por las manos.
Y con esta confianza
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperanza,
que esta otra vida tercera,
ganaréis.» (37)

Un tanto ambigua resulta la referencia a “esta otra vida tercera” en la copla 37 del magno poema manriqueño. ¿Se trata de la vida eterna o de la vida de la fama? Ninguna de las ediciones críticas que he manejado (no menos de cuatro) anotan su significado, y entre los estudiosos que he consultado (Américo Castro, Stephen Gilman, Pedro Salinas y unos cuantos más) casi se podría decir que se dividen en partes iguales los que consideran un significado y los que consideran el otro, sin dar mayores argumentos. Por el contexto inmediato parecería que se refiere al “galardón” de la vida eterna (“y con la fe tan entera / que tenéis, / partid con buena esperanza). Sin embargo, nos inclinamos a pensar que se trata de la vida de la fama (“vida de honor”). Intentemos razonarlo.

lunes, 3 de noviembre de 2014

El arte de la sugerencia en Bécquer: “aquellas que aprendieron nuestros nombres”.


A veces produce un poco de grima constatar el concepto que sobre el comentario de textos literarios se suele tener. Mirando en el ciberespacio comentarios de la rima LIII ("Volverán las oscuras golondrinas") compruebo que, tras unas cuantas observaciones más o menos banales sobre el poema, se dedican a hacer un pequeño listado de figuras retóricas (paralelismo, anáfora, personificación, etc.), con lo que el comentarista se siente ya satisfecho y el alumno cree aprender algo.
Pero no se trata de hacer listados o decir “hay” esto, “hay” lo otro, sino de intentar entender cómo funcionan las elecciones verbales que el poeta ha llevado a cabo en su obra.

Me gustaría hacer un breve apunte sobre el pudoroso arte de la sugerencia en Bécquer, un aspecto claramente antirromántico, aun cuando hacia el final de este rima –la parte más floja, por otra parte- el autor incurre en delito de extremo romanticismo.

Suelo pedir a mis alumnos que sitúen espacialmente el lugar que evoca el poeta (la voz poética, un ente de la ficción verbal)  cuando hace referencia al compartido amor del pasado.
Les hago ver que si veían a las golondrinas hacer los nidos en el balcón y llamar con sus alas a los cristales es porque los amantes se encontraban en una habitación. Si luego evoca las madreselvas cubiertas del rocío de la mañana es porque, más que probablemente, el poeta y su amada han pasado la noche juntos en la cama.
Ahí es donde viene la oportunidad de ese verso maravilloso, en que el poeta dice, refiriéndose a las golondrinas: “aquellas que aprendieron nuestros nombres”. ¿Cómo pueden las golondrinas, que suponemos dotadas de un coeficiente intelectual bajo, aprender los nombres del poeta y su amada? Los amantes gustan de pronunciar el nombre de su amado/a en los momentos de intimidad y pasión amorosa. En el verso se nos da a entender que tantas veces practicaban este juego del mutuo nombrarse que hasta las golondrinas llegaron a aprender sus nombres.

De qué manera tan sutil evoca Bécquer la apasionada intimidad de los amantes sin decir explícitamente nada. Lo considero una extraordinaria muestra de su maestría en el arte de la sugerencia poética.                     


domingo, 2 de noviembre de 2014

Sábato llama a Borges "relojero": en clase explicamos por qué.

A usted, Borges, heresiarca del arrabal porteño, latinista del lunfardo, suma de infinitos bibliotecarios hipostáticos, mezcla rara de Asia Menor y Palermo, de Chesterton y Carriego, de Kafka y Martín Fierro; a usted, Borges, lo veo ante todo como un Gran Poeta. 
Y luego, así: arbitrario, genial, tierno, relojero, débil, grande, triunfante, arriesgado, temeroso, fracasado, magnífico, infeliz, limitado, infantil e inmortal. 

Ernesto Sábato: "Borges" en Uno y el Universo.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Ejercicio de redacción: comentario de un refrán

Para los alumnos de 4º ESO A y B: 

Se trata de hacer una redacción (en torno a las 15 líneas: entre 13 y 18) en que se comente un refrán que se habrá elegido entre los recopilados en clase.

La redacción constará de 3 párrafos y tendrá la siguiente estructura:

Como título se pondrá el refrán elegido (en su totalidad).

En el primer párrafo se explicará qué es un refrán. Para ello recurriremos al uso de más de un diccionario (para intentar sacar una definición con nuestras propias palabras) y a las explicaciones del profesor en clase para caracterizar al género (estructura, oralidad, literalidad...)

En el segundo párrafo se explicará el significado del refrán elegido con detalle y precisión.

En el tercero se explicará su uso: en qué circunstancias se puede utilizar ese refrán, y poner algún ejemplo concreto de su uso.

El hecho de que se exija una composición de pequeño tamaño es con el objeto de que la redacción sea lo más esmerada posible, que no haya errores ortográficos, ni de puntuación, ni resulte farragosa. En cuanto al estilo, habrá de evitarse la segunda persona del singular (tú, sepas...) y se deberá escribir en 3º persona (el enunciado del refrán parece indicar...) o 1ª del plural (nosotros, sabemos...)

Las redacciones tienen que figurar en la libreta de práctica de clase, y se leerán el próximo viernes día 31 de octubre.

domingo, 19 de octubre de 2014

Aforismos sobre enseñanza y aprendizaje

Recientemente ha publicado en El País el profesor y divulgador científico Jorge Wagenberg unos aforismos sobre la enseñanza y el aprendizaje. Selecciono los que más me han llamado la atención:
1. Educar no es llenar, sino encender.
3. Aprender tiene tres fases: el estímulo, la conversación y la comprensión, y con cada una de ellas existe la oportunidad para un gozo intelectual.
5. Conversar es escuchar antes de hablar: qué fácil, qué difícil.
6. Conversar no es esperar turno para continuar con lo que se estaba diciendo.
9. El gozo intelectual por comprensión ocurre en el momento exacto en el que uno descubre que dos cosas diferentes tienen algo en común.
10. Enseñar a alguien es llevarlo, de la mano de la conversación, hasta el borde mismo de la comprensión.
11. Enseñar no consiste en inyectar comprensiones, sino en señalar caminos para tropezarse con ellas.
14. Se puede estimular y conversar, pero comprender, lo que se dice comprender, se comprende siempre en la más estricta soledad.

24. Existe una inversión en la que siempre se gana y cuyo beneficio siempre cabe en el equipaje de mano, no se puede perder, ni nadie puede robar: la educación.  

sábado, 4 de octubre de 2014

Valores de se

Os pongo un link que os lleva a una explicación sobre los distintos valores de se. Aunque veáis numerados 6, son 7 tipos como vemos en clase, pues el último repite número. Única salvedad a hacer: el nº 5, que denominan dativo ético es el que yo denomino complemento de interés. Y el tercer subtipo del 4 (morfema pronominal = parte de verbo pronominal), el denominado "intensificador del verbo", entraría dentro del 5º tipo (complemento de interés). Espero que os sirva para repasar esta parte, algo complicada, de la gramática española.

http://www.materialesdelengua.org/LENGUA/morfologia/se/se.htm

jueves, 2 de octubre de 2014

El mito de Edipo en la cómica versión de Les Luthiers

Epopeya de Edipo de Tebas 


De Edipo de Tebas haciendo memoria 
os cuento la historia con penas y glorias, 
de Edipo de Tebas. 

Le dijo el oráculo, Edipo, tu vida 
se pone movida, serás parricida, 
le dijo el oráculo. 

Seguía diciendo, si bien yo detesto 
hablarte de esto, se viene, se viene un incesto, 
seguía diciendo. 

Sabiendo tal cosa, su padre, el rey Layo, 
veloz como un rayo le dijo a un lacayo, 
sabiendo tal cosa: 

Te irás con mi hijo, no quiero que crezca, 
haz tú que perezca como te parezca, 
te irás con mi hijo. 

Cumplida la orden, el muy desdichado, 
con los pies atados, quedóse, quedóse colgado, 
cumplida la orden. 

Edipo salvóse y a Layo matólo, 
peleandolo el solo al cielo enviólo, 
Edipo salvóse. 

Semanas más tarde, a Tebas avanza, 
resolver alcanza cierta adivinanza, 
semanas más tarde. 

La Esfinge de Tebas, al ser derrotada, 
se ofusca, se enfada, y se hace, y se hace pomada, 
la Esfinge de Tebas. 

Y sin darse cuenta, casado el está, 
con quien saben ya, su propia mamá! 
y sin darse cuenta... 

De sus propios hijos hay largas secuelas, 
y aunque esto le duela, Yocasta es abuela, 
de sus propios hijos. 

Edipo al saberlo en una entrevista 
con su analista se quita, se quita la vista, 
Edipo al saberlo. 

Al ver a una esfinge planteando un dilema, 
huid del problema cambiando de tema, 
al ver a una esfinge. 

Madres amantes, tomad precauciones 
con las efusiones de hijos varones, 
madres amantes. 

Por no repetir la historia nefasta 
de Edipo y Yocasta, lo dicho, lo dicho ya basta, 
por no repetir.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Magnífica caracterización del teatro de Chejov

Nos la trae Juan Eduardo Zúñiga en su libro sobre los escritores rusos:

la gran innovación que representó el teatro de Chejov era que fraccionaba la clásica línea argumental única, sustituida por varias historias con su propio desarrollo e importancia, imitación exacta de la simultaneidad de aconteceres que se da en la existencia humana. El creaba varios microargumentos que estructuraban el paisaje total de pasiones, ilusiones e impotencias; y en consecuencia, el protagonista central desaparecía y era absorbido en un conjunto de personajes cada cual con sus problemas y su mundo interior. Sin proponérselo, tácitamente, pues Chejov lo que hizo fue trasladar a su teatro su visión de la sociedad, representó en las postrimerías del siglo XIX un cambio de la concepción teatral, un cambio absoluto en el comportamiento de los actores y en la dirección de escena. Su teatro puso fin a la declamación, a los monólogos trascendentales, a los gritos y gestos desmesurados, según era el método convencional de las representaciones decimonónicas. A los argumentos tortuosos de situaciones equívocas, sorpresas, lances inesperados, Chejov opuso la sencillez de las relaciones cotidianas de personas de aparente vulgaridad que mantienen conversaciones triviales, como él mismo dijo al poeta Gorodetski: “Después de todo, la gente no se pasa el tiempo disparando, ahorcándose y declarando su amor, ni tampoco diciendo pensamientos profundos. Con más frecuencia comen, beben, flirtean y dicen tonterías. Esas cosas son las que deben verse en el escenario”.


            (“Antón Chejov y las gaviotas”, en Desde los bosques nevados, p. 37

martes, 23 de septiembre de 2014

Jacob lucha con el ángel


Quedóse Jacob solo, y hasta rayar la aurora estuvo luchando con él un hombre, el cual, viendo que no le podía, le dio un golpe en la articulación del muslo, y se relajó el tendón del muslo de Jacob luchando con él.
 El hombre dijo a Jacob: “Déjame ya que me vaya, que sale la aurora.” Pero Jacob respondió: “No te dejaré ir si no me bendices.”
El le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?” “Jacob,” contestó éste.
Y él le dijo: “No te llamarás ya en adelante Jacob, sino Israel, pues has luchado con Dios y con hombres y has vencido.”
Rogóle Jacob: “Dame, por favor, a conocer tu nombre”; pero él le contestó: “¿Para qué preguntas por mi nombre?”; y le bendijo allí."
Jacob llamó a aquel lugar Peniel, pues dijo: “He visto a Dios cara a cara y ha quedado a salvo mi vida.”
Salía el sol cuando pasó de Panuel, e iba cojeando del muslo.

(Génesis, 32; 25-32: versión Nácar-Colunga)

Ilustro este sobrecogedor texto con un par de imágenes: el grabado de Gustavo Doré y la poderosa pintura de Delacroix que se puede contemplar en una capilla de la iglesia de San Sulpice, en París.




lunes, 15 de septiembre de 2014

Perífrasis verbales

Os pongo un enlace de una de las muchas páginas que en Internet podéis encontrar sobre las perífrasis verbales:

http://www.materialesdelengua.org/LENGUA/morfologia/perifrasis/perifrasisverbales.htm

viernes, 5 de septiembre de 2014

La noción estética del arte en Grecia: el nacimiento de lo bello

La comparación de estas dos imágenes, una de los relieves asirios del Museo Británico, y otra de los frisos del Partenón, nos demuestra la diferencia entre una concepción del arte hierática, que tiende a representar el poder o la fuerza de los guerreros, y otra -la griega- donde se tiende a mostrar la belleza y perfección del cuerpo humano en sus dimensiones reales.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Descripción de una imagen: retrato de Ortega y Gasset por Joaquín Sorolla




Se nos da a ver un Ortega y Gasset todavía joven, con bigote (como lo imaginaríamos en el personaje Antón Tejero de la novela Troteras y danzaderas, de Ramón Pérez de Ayala), con traje y corbata negras y camisa y pañuelo en el bolsillo blancos, sentado tras una mesa, con un gesto doble: el brazo izquierdo, que se apoya en la mesa con un cigarrillo en la mano, nos lo muestra en la actitud del que está a punto de levantarse; mientras que el derecho, con la mano en la mejilla y el dedo índice enmarcando el rostro, nos lo presenta en la actitud reflexiva propia del filósofo. Pensamiento y acción, parece querer indicarnos el pintor.
La habitación, trazada a grandes rasgos, se nos antoja amplia, con una cómoda al fondo donde se pueden observar lo que parecen fotografías familiares y una puerta entreabierta tras la que intuimos –los colores rojo y blanco así nos lo sugieren- una mujer en movimiento.
Pero quizá lo más llamativo de la imagen (que lo diferencia de otros escritores retratados por Sorolla: Unamuno, Pío Baroja, Azorín, Blasco Ibáñez, Ramón Pérez de Ayala… Sólo Juan Ramón Jiménez sostiene un libro, con el dedo índice introducido como marcador) es la abundante presencia de libros en la mesa tras la que el filósofo se sienta. Tiene un libro abierto ante sí, pero justo al lado tiene otro libro abierto, cuya página impar sujeta una torre algo irregular de seis libros más. ¿Quiere esto decir que la multitud de lecturas de Ortega llamaba la atención de sus contemporáneos (Ortega le confiesa en carta a Unamuno que en su juventud estudiosa en Alemania solía dedicar once horas diarias a leer)? ¿O había intuido Sorolla que Ortega era en cierta gran medida  un filósofo libresco (cfr. mi breve ensayo: "Meditando sobre el marco: Simmel en Ortega")?
Llama la atención la firma del cuadro. Arriba a la derecha el nombre del filósofo (José Ortega y Gasset), con una pequeña rúbrica, y debajo J. Sorolla B.

jueves, 3 de julio de 2014

Menéndez Pelayo, Peter Kien y los e-book

Cuando en mis años mozos, estando becado en la U.I.M.P. de Santander, visité la casa del egregio personaje que daba nombre a la Universidad, me quedé fascinado por ese ámbito provinciano y decimonónico tan bien conservado, pero muy especialmente por la imponente biblioteca que se le construyó junto a la casa familiar al joven erudito y que debe conservar unos veinte o treinta mil volúmenes, muchos de ellos manuscritos, incunables o ejemplares valiosísimos.
El guía que nos hacía la visita, más hagiógrafo que otra cosa, nos comentaba algunas de las hazañas librescas del joven Marcelino. Como hacer un viaje a Londres para adquirir un ejemplar único de Quevedo: la Virtud militante contra las cuatro pestes del mundo y las cuatro fantasmas de la vida, fue la respuesta que dio a mi inquisitiva pregunta. También nos contó la forma habitual de los paseos diarios de Pelayo por su ciudad. Salía de casa con una treintena de libros, que devoraba en el tranvía camino del Sardinero, allí en algún banco o terraza seguía leyendo, y al retornar a casa, en el bar de la esquina se despachaba los últimos tres o cuatro volúmenes que le quedaban. El joven y voraz lector que era yo entonces le escuchaba con la boca abierta, preguntándome si tales proezas tendrían un fundamento real o no eran más que el fruto de la florida especulación del guiógrafo, quien, a otra pregunta mía sobre si el distinguido polígrafo abusaba de las bebidas espirituosas, me respondió con una mirada fea y un silencio avasallador.

Le comento a mi amigo Javier García Gibert, menéndezpelayista de pro, si conoce la anécdota o la ha leído en sus múltiples indagaciones sobre el genio montañés, y me indica que debe ser una imaginación del cicerone, pues jamás se la ha encontrado en toda la bibliografía de y sobre Pelayo que ha consultado. Así será.

Tiempo después, leyendo Auto de fe,  la tremenda novela de Elias Canetti sobre el erudito sinólogo Peter Kien, verdadero hombre-libro, me encuentro con que, al verse obligado a abandonar  su casa-biblioteca, que guarda unos veinticinco mil ejemplares, debido a la codicia y mala fe de su ignorante esposa, se aloja cada noche en un hotel diferente. Por el día va a librerías, adquiere libros que ya tenía, pero sin los que no puede vivir, y los lleva a su nuevo alojamiento, de manera que cada día transporta una bibliotequilla –son palabras suyas- de unos cuantos miles de libros de hotel en hotel. El carácter grotesco de la narración hace que no se nos explique cómo se las arregla para transportar los varios miles de libros todos los días, no sabemos si los lleva en su cartera, en el hombro o en la cabeza, pero el caso es que así sucede diariamente.


Ni que decir tiene que escuché la anécdota (principios de los 80) y leí el libro (finales de los 80) mucho antes de que fuera imaginable la existencia de libros electrónicos. Hoy soy yo quien sale a la calle habitualmente con más de doscientos libros encima.

lunes, 30 de junio de 2014

Stalin y el epíteto épico



Sabemos que los epítetos épicos son fórmulas juglarescas propias de la poesía épica. Se trata de un sintagma que acompaña con frecuencia (o sustituye) al nombre del personaje épico y que cumple una función métrica, mnemotécnica y laudatoria: sirve para completar versos, para refrescar la memoria tanto del juglar como del que escucha (se trata de poesía oral) y para alabar o ensalzar a los personajes principales.

Homero los usa continuamente en sus epopeyas: así llama a Héctor, “domador de caballos”, a Hera, “la diosa de los níveos brazos” o a Odiseo, “el fecundo en ardides”.

Flaubert, en su Dictionnaire des idées recuées (1880), ironiza sobre el procedimiento al llegar a la entrada de Aquiles, que es como sigue:
ACHILLE : Ajouter « aux pieds légers » ; cela donne à croire qu'on a lu Homère.
Es decir, “añadir « el de los pies ligeros »; eso hace creer que se ha leído a Homero”.

Ni que decir tiene que en la épica medieval se continúa utilizando. Así en el Cantar de Mío Cid
el héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar es nombrado con epítetos épicos como los siguientes: “el que en buen ora ciñó espada”, “el que en buena hora nació”, etc.

Pues bien, donde no esperaríamos encontrar los epítetos épicos es en un relato de viaje del siglo XX. Y, sin embargo, veamos lo que cuenta André Gide en su célebre narración de la experiencia soviética recogida en Retour de l´U.R.S.S, (Regreso de la U.R.S.S) (1936):

Sur la route de Tiflis à Batoum, nous traversons Gori, la petite ville où naquit Staline. J'ai pensé qu'il serait sans doute courtois de lui envoyer un message, en réponse à l'accueil de l'U.R.S.S. où, partout, nous avons été acclamés, festoyés, choyés. Je ne trouverai jamais meilleure occasion. Je fais arrêter l'auto devant la poste et tends le texte d'une dépêche. Elle dit à peu près: «En passant à Gori au cours de notre merveilleux voyage, j'éprouve le besoin cordial de vous adresser...» Mais ici, le traducteur s'arrête: Je ne puis point parler ainsi. Le «vous» ne suffit point, lorsque ce «vous», c'est Staline. Cela n'est point décent. Il y faut ajouter quelque chose. Et comme je manifeste certaine stupeur, on se consulte. On me propose: «Vous, chef des travailleurs», ou «maître des peuples» ou... je ne sais plus quoi. Je trouve cela absurde; proteste que Staline est au-dessus de ces flagorneries. Je me débats en vain. Rien à faire. On n'acceptera ma dépêche que si je consens au rajout. 

Traduzco: En el camino de Tiflis a Batoum, atravesamos Gori, la pequeña ciudad en que nació Stalin. Pensé que sería cortés sin duda enviarle un mensaje en respuesta a la acogida de la U.R.S.S. donde, por doquier, fuimos aclamados, festejados, mimados. No encontraré mejor ocasión. Hice detener al automóvil delante de la estafeta de correos y entrego el texto de un despacho, que dice más o menos: “Pasando por Gori en el curso de nuestro maravilloso viaje experimento la necesidad cordial de dirigiros…” Pero aquí el traductor se detiene. No puedo hablar así. El “os” no basta, puesto que ese “os” es Stalin. No resulta decente. Hay que añadir algo. Y como yo manifiesto cierto estupor, se hace una consulta. Y se me propone: “dirigiros, jefe de los trabajadores”, o “señor de los pueblos” o… no sé qué más. Me parece absurdo; protesto indicando que Stalin está por encima de esas adulaciones. Me esfuerzo en vano. Nada que hacer. No se aceptará mi despacho más que si consiento en el reajuste.

miércoles, 18 de junio de 2014

Otra anécdota de Borges

La cuenta José Donoso en sus diarios y la transcribe su hija Pilar Donoso en Correr el tupido velo:


Me lo presentaron en una mesa de café en la calle Lavalle, un café que quedaba, me parece, frente a la Facultad de Letras. Entonces ya lo había leído, lo admiraba y su inteligencia despertaba la mía, produciéndose la mayor perturbación. En esa mesa de café un grupo grande de estudiantes lo rodeaba, discutiendo de los más variados temas. Dos muchachas junto a mí discutían un tema sobre literatura india, no sé a propósito de qué. Borges estaba en el otro extremo de la mesa. De pronto, en desacuerdo sobre un vocablo, una de las muchachas se inclinó sobre la mesa y le preguntó casi a gritos: “Borges… Borges… ¿usted sabe sánscrito?” Borges se quedó pensando un segundo antes de responder; la mesa en silencio, hasta que él contestó con su pequeña voz tentativa y balbuciente, oscilando entre la hondura y la ironía: “Bueno, che, no… en fin, nada más que el sánscrito que sabe todo el mundo…”, y la mesa estalló en carcajadas

jueves, 29 de mayo de 2014

PREMIOS DEL CONCURSO LITERARIO 2014

Fallo del XXVIII Concurso Literario. Dpto. de Castellano I.E.S. Ramón Llull.


Reunidos los miembros del Dpto. de Castellano el jueves 29 de mayo de 2014, tras la lectura en común de las redacciones seleccionadas y la deliberación consiguiente, hemos decidido declarar premiados los siguientes trabajos (debido a la alta calidad de los finalistas hemos propuesto también un par de menciones, que recibirán como premio un lote de libros):


Categoría A (1º, 2º y 3º ESO):


1º Premio: Joan Dolz Mensua, 2º A (50 €)

2º Premio: Begoña Contell Gonzalo, 3º ESO B (30 €)

Mención Honorífica: Helena Bailach Adsuara, 3º A (lote de libros)




Categoría B (4º ESO, 1º y 2º Bchto)


1º Premio: Nahuel Pinto Cavilla, 1º Bachto A (50 €)

2º Premio: Marcos Cubells, 4º ESO A (30 €)

Mención Honorífica: Elena Paredes Borrachero, 1º Bchto B (lote de libros)


Los premios se entregarán en el acto de entrega de orlas que tendrá lugar el 20 de junio de 2014. Los trabajos premiados serán publicados en la Revista Digital del Centro.



Jefe de Dpto. de Castellano

Carlos Campa Marcé




lunes, 26 de mayo de 2014

La 1ª Guerra Mundial en la narrativa

A manera de mero recordatorio personal selecciono algunos de los títulos que aparecían en un reciente reportaje de El País como textos claves para entender, desde la literatura, la 1ª Guerra Mundial, ahora que se cumple el centenario de su estallido:



Los cuatro jinetes del Apocalipsis, Vicente Blasco Ibáñez (1916)

El retorno del soldado, Rebecca West (1918)

Tempestades de acero, Ernst Jünger (1920) 

El buen soldado Svejk, Jaroslav Hasek (1922)

Adiós a todo eso, Robert Graves (1929) 

Sin novedad en el frente, Erich Maria Remarque (1929)

Adiós a las armas, Ernest Hemingway (1929)

El miedo, Gabriel Chevallier (1930)

Johnny cogió su fusil, Dalton Trumbo (1931) 

Viaje al fin de la noche, Louis-Ferdinand Céline (1932)

martes, 20 de mayo de 2014

Gratas sorpresas del concurso literario.

Estos días, en relación con el concurso literario, me he encontrado con muchas gratas sorpresas. La primera de todas fue la magnífica participación que se produjo el día de la prueba (22 participantes en la categoría A; y otros 22 en la categoría B). Si fue buena la participación en cantidad, también la fue en concentración (se respiraba un ambiente de muy serio trabajo creador, a pesar de las dificultades del espacio: estábamos apretujados como sardinas enlatadas). Ahora que leo las redacciones me doy cuenta de que también fue alto el nivel en cuanto a calidad. Y como los premios tendrán que resultar algo injustos, pues solo se premiará a dos participantes de cada categoría, quiero rendir un pequeño homenaje al grueso de los trabajos haciendo a manera de un mosaico con citas –que me llamaron la atención- de muy diversas redacciones.
He aquí la muestra:






Hay personas cuya manera de hacer el amor es con la mirada. Sea de lejos o de cerca. Él era uno de ellos.


“Tú”, decía ella, “tú eres mi música.”


Porque un libro es una caja de sorpresas, un mundo por descubrir, que solo descubres de una forma… Leyendo.


Un recuerdo, una historia, un sueño o una ilusión, es el combustible de todo ser humano.


Las personas, al final, viven solo una de las miles de vidas que tenían a su alcance.


La mejor fotografía la hice sin cámaras ni móviles. La mejor foto de mi vida fue un instante de ruido y mil sentimientos.


Esta podría ser una ínfima parte de la definición de la música, aunque la música no tiene definición, porque no la merece. Lo único que merece… es ser escuchada.


A veces, por extrañas razones de la  vida, los perros pueden llegar a regir un país.


En una danza de movimiento interminable, veía sonrisas de niños ir y venir, miradas cómplices, manos entrelazadas, sueños e historias tejidas en cada movimiento.


Ojalá las estrellas, los satélites, los planetas y cometas del Universo pudieran oír. Sería maravilloso que escucharan y se acercaran a este planeta ruidoso llamado Tierra donde nunca cesa la música.


Y mis ojos, aquellos que dicen son el espejo del alma, parecían no decir nada.


Muchas veces quise rendirme, pero muchas más seguí luchando.


Hay una fuerza más grande que el ser humano.
La propia Naturaleza.


El Artista tocaba realidades perfectas y yo en el arte lo único que anhelaba era la imperfección.


Había oído que en lo más profundo del bosque existían árboles completamente negros, de lo malvados que eran, y que mantener una conversación con una de sus caras, talladas en el tronco, conducía a la locura.


Esta diversificación cultural a lo largo de la historia parece que está siguiendo un patrón de crecimiento exponencial.



La siguiente parada del tren de mi perdición fue Ginebra, irónico nombre para la ciudad donde comenzaron mis problemas de verdad: los del alcohol.

viernes, 16 de mayo de 2014

Análisis sintáctico de una oración compuesta



Consideras que ya te has esforzado mucho, pero yo creo que te falta aún el esfuerzo final.

La estructura general es de coordinación. Tenemos en la base dos proposiciones coordinadas adversativas (Consideras que ya te has esforzado mucho) y  (yo creo que te falta aún el esfuerzo final), unidas por el nexo pero.
La primera proposición coordinada (P1) tiene un sujeto elíptico () y un predicado (Consideras que ya te has esforzado mucho). El núcleo del predicado es el verbo (consideras), al que le sigue una proposición subordinada sustantiva de Complemento Directo (ya te has esforzado mucho) que introduce el nexo que. Si analizamos la subordinada, tiene un sujeto elíptico () y un predicado (ya te has esforzado mucho), cuyo núcleo es el verbo pronominal (te has esforzado), al que acompaña un complemento circunstancial de tiempo (ya) y otro de cantidad (mucho).
La segunda proposición coordinada (P2) tiene como sujeto (yo) y como predicado (creo que te falta aún el esfuerzo final). Al núcleo del predicado (creo) le sigue otra proposición subordinada sustantiva de Complemento Directo (te falta aún el esfuerzo final) introducida por el nexo que. Si la analizamos tiene como sujeto (el esfuerzo final) y como predicado (te falta aún). El sujeto tiene un determinante (el), un núcleo (esfuerzo) y un complemento del nombre (final). Y el predicado tiene como núcleo (falta), al que acompaña un complemento indirecto (te) y un complemento circunstancial de tiempo (aún).
La modalidad oracional es enunciativa.

martes, 6 de mayo de 2014

Un poema de Wislawa Szymborska

Consuelo, de Wislawa Szymborska


Darwin.
Dicen que para descansar leía novelas.
Pero tenía sus exigencias:
no podían terminar de forma triste.
Si daba con una así,
furioso la arrojaba al fuego.

Verdad o no,
yo con gusto lo creo.

Recorriendo con el pensamiento tantas regiones y tiempos
se encontró con tantas especies muertas,
con tantos triunfos de los fuertes sobre los más débiles,
con tantos intentos de supervivencia,
tarde o temprano inútiles,
que al menos de la ficción
y de su microescala
tenía derecho a esperar un final feliz.

Así que, necesariamente: un rayo de luz de entre las nubes,
amantes de nuevo juntos, linajes que se reconcilian,
dudas resueltas, fidelidades premiadas,
fortunas recuperadas, tesoros hallados,
vecinos arrepentidos de sus rencores,
el honor recobrado, la codicia ridiculizada,
solteronas casadas con reverendos pastores,
intrigantes desterrados al otro hemisferio,
falsificadores de documentos lanzados por las escaleras,
seductores de doncellas de camino al altar,
huérfanos acogidos, viudas reconfortadas,
soberbias humilladas, heridas cerradas,
hijos pródigos llamados a la mesa,
el cáliz de la amargura derramado en el mar,
pañuelos húmedos de lágrimas de perdón,
cantos y música por todos lados;
y el perro Fido,
perdido ya en el primer capítulo,
¡que corra de nuevo por la casa
y ladre alegremente!

(del libro Dos puntos; traducido del polaco por Gerardo Beltrán)

Me encanta cómo resume los posibles finales felices de los relatos y, sobre todo, la muy irónica presencia final del desaparecido perro Fido. ¡Espléndido!

sábado, 26 de abril de 2014

Con voces amigas: la biblioteca de Javier García Gibert

DE nuevo traigo una voz amiga a las páginas del blog. Un texto de Javier García Gibert, amigo entrañable, sobre su biblioteca, que ya nos ofreció a los amigos, hace más de veinte años, en La guerra de los treinta (años que cumplíamos por entonces, se entiende) y que, ahora, vuelve a incorporar en su libro más reciente.

A veces paseo por mi biblioteca, como un monarca por sus dominios. Enciendo un cigarrillo, me siento en la mecedora y contemplo, mientras me balanceo, mis existencias (¿o cabría, sencillamente, decir mi existencia?). Vago la vista por ese paisaje tranquilo y variado de los libros y desde lejos los reconozco, como el señor conoce sus tierras: esta loma, ese cortado, aquella encina... Luego me levanto y me demoro en algún sector o estante de la biblioteca, recorro con el índice los lomos, calibro la armonía de colores y formatos, enjuicio el valor intrínseco de lo que tengo (las presencias, las ausencias), me cercioro del orden de los ejemplares, calculo la oportunidad de tal ligera permuta, de tal sutil modificación para que mejore el rigor, la cronología o simplemente la estética. Nadie sabe hasta qué punto me son relevantes esos detalles, esas minucias inapreciables para cualquier observador. Extraigo un volumen, lo sopeso (hace tiempo, quizá, que no lo he tocado), tal vez lo abro o tal vez no; me basta a menudo con el reconocimiento externo del objeto físico en su modestia, con el recuerdo, también, -si es que lo tengo- de sus prestaciones intelectuales, y acaso evoco fugazmente el lugar o el motivo o las peripecias de su adquisición; luego lo encajo de nuevo entre sus compañeros, evaluando, quizá, si, en efecto, condice con los inmediatos libros que lo flanquean. Obviamente, no me refiero a si está en la sección adecuada -que sí lo está- sino a si armoniza con los vecinos, a si está -por así decirlo- en el sitio exacto, en ese lugar único y preciso que quizá ya vislumbré en el momento de comprarlo...”.
           

JAVIER GARCÍA GIBERT, De la soltería. Reflexiones libres sobre la vida célibe, Biblioteca Nueva, Madrid, 2014, pág. 304.

lunes, 14 de abril de 2014

Una espléndida síntesis de VIDA Y DESTINO, de Vasili Grossman



 No hace mucho celebrábamos el vigésimo aniversario de nuestro seminario de lecturas. Cinco personas componemos ese grupo que nos reunimos una vez al mes, con el deber de hacer una lectura común. En estos años hemos leído lo esencial del canon occidental. Desde la tragedia griega y la Biblia, hasta los novelistas rusos, pasando por Shakespeare, Cervantes o el teatro clásico francés. Hace unos años leímos a los grandes rusos del XIX (Lermontov, Pushkin, Gogol, Dostoyevski, Turgueniev, Tolstoi y Chejov), con alguna incursión en el XX (Isak Babel, por ejemplo). Este año hemos decidido completar un poco la visión de la gran literatura rusa y nos hemos metido con Vasili Grossman (y su monumental Vida y destino) y los Relatos de Kolimá, de Varlam Shalámov. La obra de Grossman nos impresionó profundamente y supuso un reencuentro con lo mejor de la literatura (la gloria de la literatura, como la denominé en un post anterior). Hoy incorporo una espléndida síntesis de nuestros comentarios que me ha enviado Mª Ángeles Villalba, el miembro femenino (miembra, que dirían otros) del grupo.

Novela de enormes dimensiones no solo en páginas, sino por la extraordinaria  conjunción de lo histórico e ideológico con lo humano. En la batalla de Stalingrado, con la derrota del pueblo alemán, Rusia se convierte en la “salvadora” de Europa, pues precipita y decide el final de Hitler y de su locura imperialista y genocida. Sin embargo, esa victoria encierra una estremecedora paradoja: el pueblo ruso vive amordazado por un totalitarismo tan destructivo como el alemán. Stalin y el Partido han construido una maquinaria de terror donde la más mínima sospecha de disidencia se paga con años de reclusión en un campo de trabajo, con la tortura en la Lubianka o con la propia vida. Nadie se salva de la sospecha. Todo el mundo ha de medir sus palabras, lo que dice, a quién lo dice y casi lo que piensa. No se salva el prestigioso científico Sthrum, ni siquiera el viejo bolchevique Krímov que pelea en Stalingrado y que conoció (y silenció) casos de compañeros víctimas de las purgas de 1937, y al que finalmente se priva de libertad por cierto comentario en el que podía atisbarse ciertas dudas...
  Por eso, la obra es un himno a la libertad como esencia de lo humano. Y también un himno a la condición humana, a su resistencia, a su capacidad de supervivencia en las condiciones extremas de la Europa en guerra de los años cuarenta. Y, en medio de la sinrazón y la barbarie que provocan  cualquier tipo de totalitarismo, verdadero eje ideológico de la novela, no pierden ni un ápice de intensidad las historias particulares que transitan por ella, al contrario, se engrandecen en ese fondo común. Los personajes no son tipos (peligro que encierra siempre una “novela de tesis” como es esta en gran medida), sino seres bien definidos psicológicamente, hombres y mujeres complejos con pasiones, deseos, dudas, contradicciones…y un miedo común que lo emborrona todo. Y aunque sus peripecias particulares se plantean en una materia narrativa fragmentada con ciertos hilos de unión familiar, el especial momento histórico que comparten lo hilvana todo, da un sentido de globalidad absoluta a todas las historias.
   Asistimos a los horrores del nazismo, a un determinante triunfo bélico y al fracaso estrepitoso de un sistema que se prometía justo e ideal. Y en cada escena, la obra destila diferentes reflejos del poliédrico paisaje del alma humana.

miércoles, 9 de abril de 2014

Una excelente puesta en escena de Las Bacantes en Sagunto

En la visita anual al festival de teatro clásico de Sagunto, dirigido a los escolares de enseñanza secundaria, hemos podido gozar el martes 8 de abril de un espectáculo sobresaliente: me refiero a la puesta en escena de Las bacantes, de Eurípides, por el grupo La Nave de Argo, del Colegio de la Inmaculada (Jesuitas) de Alicante.
Los elementos del decorado, mínimos, un montículo coronado con los huesos de una cabeza de toro, un par de sencillos asientos (en negro para Penteo y en rojo para Dioniso), pero suficientes para marcar las tensiones que en la obra se querían señalar. La aparición de Dioniso al principio y final de la obra en lo alto del edificio, todo un hallazgo de puesta en escena. El Dios controla el universo escénico a lo largo de toda la obra. El vestuario y maquillaje de Dioniso (con su sempiterno rictus sonriente, como quien está al cabo de todo y muy por encima de los demás) y también la dicción del joven actor, atinadísimos.
Perfectamente marcados todos los momentos de la obra: desde la extraña apuesta báquica de los ancianos Tiresias y Cadmo, hasta la desolación de Ágave al darse cuenta (en la anagnórisis) de que ha matado a su propio hijo (y no al león al que en su delirio creyó haber dado muerte). También están muy bien indicados detalles muy sutiles, como la posesión de Penteo, cuando Dioniso se le acerca por detrás, lo roza y le hace perder su voluntad y aceptar la engañosa propuesta del Dios: acercarse travestido al Citerión, donde ofician su culto las bacantes.
¿Y qué decir del coro de bacantes? Desde el principio al final de la obra, las jóvenes actrices bordan el papel que se les encarga, dando la sensación de locura, delirio, éxtasis que caracteriza a esas mujeres poseídas por un Dios. Por momentos me recuerdan las ideas de Artaud sobre la interpretación en su concepción del teatro de la crueldad. No desfallecen ni un instante en su exceso orgiástico, más que tras la anagnórisis, cuando les invade una tristeza sobrehumana -también muy bien interpretada- al percibir el despropósito de sus actos violentos. Destacar especialmente a la actriz que interpretaba el trágico papel de Ágave, muy convincente en todos los momentos de la representación.
Y, por último, felicitar al director de escena, que tan perfecta visión de la obra ha tenido y tan sobresaliente ensamblaje de interpretación, movimiento, dicción, ritmo y espacio escénico ha logrado con esos jóvenes actores aficionados, llenos de entusiasmo por el arte escénico.


lunes, 7 de abril de 2014

Varlam Shalámov: Relatos de Kolimá: dos fragmentos



 Kolimá es la región, en el norte de Siberia, donde estaban los campos de concentración soviéticos (de "reeducación" los solían denominar, con sangrante eufemismo). Varlam Shalámov, que estuvo preso en ellos unos 20 años, escribió una extensa colección de cuentos centrados todos en el universo concentracionario, a lo que llamó Relatos de Kolimá. Traigo aquí un par de fragmentos de uno de los cuentos que más me ha impresionado en lo que llevo leído de ellos: "Carpinteros".


 “A los trabajadores no se les enseñaba el termómetro, aunque tampoco hacía falta: había que salir al trabajo cualesquiera que fueran los grados. Por lo demás, los viejos del lugar calculaban casi con exactitud el frío sin termómetro alguno: si había niebla helada, quería decir que fuera hacía cuarenta grados bajo cero; si al expulsar el aire este salía con un silbido pero aún no costaba respirar, significaba que hacía cuarenta y cinco grados; pero si la respiración era ruidosa y faltaba el aire, entonces era que estábamos a cincuenta. Por debajo de los cincuenta y cinco un escupitajo se helaba en el vuelo. Los escupitajos se helaban en el aire hacía ya dos semanas”.


"No echaba en cara a los demás su indiferencia. Hacía tiempo que había comprendido de dónde venía aquel abotargamiento del espíritu, aquel frío del alma. El frío helado, el mismo frío que convertía en hielo la saliva en vuelo, había alcanzado también el alma humana. Si se podían helar los huesos, si se podía congelar o embotarse el cerebro, también el alma podía quedarse helada. En medio del frío era imposible pensar en nada. Todo era sencillo. Con frío y hambre el cerebro se alimentaba mal, se secaban las células cerebrales; se trataba sin duda de un fenómeno material, y Dios sabe si, como dicen en medicina, el proceso era reversible, semejante a la descongelación, o si las lesiones lo eran para siempre jamás. Así pues, el alma también se había helado, se había encogido y quién sabe si se quedaría así, fría, para siempre. Todas estas ideas se le habían ocurrido antes; ahora a Potáshnikov no le quedaba otro deseo que el de resistir, sobrellevar el frío con vida.”