sábado, 27 de noviembre de 2010

El poema de un convaleciente (as myself)

Convalecencia

Sólo tú me acompañas, sol amigo.
Como un perro de luz, lames mi lecho blanco;
y yo pierdo mi mano por tu pelo de oro,
caída de cansancio.
¡Qué de cosas que fueron
se van... más lejos todavía!
Callo
y sonrío, igual que un niño,
dejándome lamer de ti, sol manso.
...De pronto, sol, te yergues,
fiel guardián de mi fracaso
y, en una algarabía ardiente y loca,
ladras a los fantasmas vanos
que, mudas sombras, me amenazan
desde el desierto del ocaso.

Juan Ramón Jiménez

martes, 16 de noviembre de 2010

Unos versos de Dante

Degustemos, en la medida de lo posible, el insuperable sonido de la Divina Comedia en italiano. A la puerta del Infierno se encuentra Dante con la siguiente inscripción (Canto tercero):

Per me si va ne la città dolente,
per me si va ne l'etterno dolore,
per me si va tra la perduta gente.
Giustizia mosse il mio alto fattore:
fecemi la divina podestate,
la somma sapienza e 'l primo amore.
Dinanzi a me non fuor cose create
se non etterne, e io etterno duro.
Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate".
Queste parole di colore oscuro
vid'io scritte al sommo d'una porta;

domingo, 14 de noviembre de 2010

No sólo fosfato

"Lo que más me reconcilia con mi propia muerte es la imagen de un lugar: un lugar en el que tus huesos y los mí­os sean sepultados, tirados, desenterrados juntos. Allí­ estarán desperdigados en confuso desorden. Una de tus costillas reposa contra mi cráneo. Un metacarpio de mi mano izquierda yace dentro de tu pelvis. (Como una flor, recostado en mis costillas rotas, tu pecho.) Los cientos de huesos de nuestros pies, esparcidos como la grava. No deja de ser extraño que esta imagen de nuestra proximidad, que no representa sino mero fosfato de calcio, me confiera un sentimiento de paz. Pero es así­. Contigo puedo imaginar un lugar en donde ser fosfato de calcio es suficiente."

John Berger: Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos. p. 105.